miércoles, 1 de mayo de 2013

SAN JOSÉ OBRERO . . . UN GRAN TRABAJADOR

El día 1 de Mayo del año 1955, el Papa Pío XII, instituyó la fiesta de San José Obrero. Una fiesta bien distinta que ha de celebrarse desde el punto de partida del amor a Dios y de ahí pasar a la vigilancia por la responsabilidad de todos y de cada uno al amplísimo y complejo mundo de la relación con el prójimo basada en el amor: desde el trabajador al empresario y del trabajo al capital, pasando por poner de relieve y bien manifiesta la dignidad del trabajo -don de Dios- y del trabajador -imagen de Dios-, los derechos a una vivienda digna, a formar familia, al salario justo para alimentarla y a la asistencia social para atenderla, al ocio y a practicar la religión que su conciencia le dicte; además, se recuerda la responsabilidad de los sindicatos para logro de mejoras sociales de los distintos grupos, habida cuenta de las exigencias del bien de toda la colectividad y se aviva también la responsabilidad política del gobernante. Todo esto incluye ¡y mucho más! la doctrina social de la Iglesia porque se toca al hombre al que ella debe anunciar el Evangelio y llevarle la Salvación. Hoy estamos de fiesta...Fiesta sugiere honra a Dios, descanso y regocijo. Pues, ánimo. Honremos a Dios santificando el trabajo diario con el que nos ganamos el pan, descansemos hoy de la labor y disfrutemos la alegría que conlleva compartir lo nuestro con los demás. (Extraído de Catholic.net)

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